Hoy mandé a castrar a mi perrito. La verdad es que desearía no haberlo hecho, pero tenía que. Quiero que Haku vuelva a casa, porque donde mi abuelita él no la está pasando muy bien. Aunque mi abuelita quiere cuidarlo, no puede, y mi abuelo y la que empleada ni caso le hacen a mi perrito. Y, para traerlo a mi casa, tengo que asegurarme de que no se vaya a comer los cables del carro de mi padrastro. Y de feria mi perro es MUY hiperactivo ToT ¿La solución a este y otros problemas futuros? La castración. Con eso, espero que se le bajen las pilas, pero aún así tengo miedo de que vaya a cambiar mucho.
La operación, me parece, tiene varios riesgos. Por ejemplo, en lugar de bajarle simplemente las pilas para que sea menos travieso, podría cambiarle drásticamente su personalidad tierna y llena de vida. Me da miedo pensar en que mi Haku pueda convertirse en un perro sin ganas de jugar, ladrar, o correr. Por eso deseaba no castrarlo. Aunque a veces me irrita que sea tan alborotado, también me gusta cómo es, porque siempre me alegra. Espero que no cambie mucho.
Además de eso, si el cambio es TAN drástico, podría darle por no hacer nada de nada....y engordaría ToT No quiero que mi perro sea una gran bola de pelos, con patas cortas, y estómago grande. No sería una imagen nada llena de vida. Sería ver a otro animal, y no a mi lindo, hiperactivo, molesto, pero dulce Haku.
Y, por último, está la consecuencia que más me atemoriza: que Haku muera en la operación. Me da miedo que la anestesia le haga mucho daño. Sé que no es tan alarmante, que en realidad el veterinario tendrá cuidado (o al menos así lo espero yo), pero aún así me preocupo. No quiero que mi perrito se muera en una operación que en primer lugar no quería aplicarle. Pero era la única manera de que me dejaran tenerlo en mi casa, cerca, en donde ni él ni yo nos íbamos a extrañar demasiado. Porque la verdad me duele cuando me voy de la casa de mi abuelita, porque él sabe que me voy, y empieza a llorar, a llorar, y a llorar....Con esta operación, ya faltaría menos para que él esté en casa.
Espero que le vaya bien, pero cuando lo dejé en casa del veterinario para que pasara ahí la noche, me dolió. Porque, para variar, se puso a llorar. Quién sabe qué pensó que iría a pasar con él. Me imagino que se preguntaba qué le harían, o porqué lo estaba dejando. Quizá tenía miedo de que lo abandonara...No sé, quizá le esté dando muchas emociones humanas a un animal, y eso les parezca ridículo, pero para mí no tanto. Nada más espero que la operación salga bien, para que él vea que no lo quería abandonar. Dios primero, y con esto estaremos más juntos, porque extraño mucho verlo en mi casa.
Así que este es el primer paso para que vuelva a casa. Si todo sale bien, faltarán otros pasos más que son:
1. Poner zacate (o césped, como quieran llamarlo) en el jardín, porque como habíamos remodelado, aún hay un poco de desorden por ahí >////< 2. Comprarle una casita, para que no pase frío ni lluvia...y para que esté lejos del carro de mi padrastro. 3. Superar cualquier otro inconveniente o paso que se presente.
La operación, me parece, tiene varios riesgos. Por ejemplo, en lugar de bajarle simplemente las pilas para que sea menos travieso, podría cambiarle drásticamente su personalidad tierna y llena de vida. Me da miedo pensar en que mi Haku pueda convertirse en un perro sin ganas de jugar, ladrar, o correr. Por eso deseaba no castrarlo. Aunque a veces me irrita que sea tan alborotado, también me gusta cómo es, porque siempre me alegra. Espero que no cambie mucho.
Además de eso, si el cambio es TAN drástico, podría darle por no hacer nada de nada....y engordaría ToT No quiero que mi perro sea una gran bola de pelos, con patas cortas, y estómago grande. No sería una imagen nada llena de vida. Sería ver a otro animal, y no a mi lindo, hiperactivo, molesto, pero dulce Haku.
Y, por último, está la consecuencia que más me atemoriza: que Haku muera en la operación. Me da miedo que la anestesia le haga mucho daño. Sé que no es tan alarmante, que en realidad el veterinario tendrá cuidado (o al menos así lo espero yo), pero aún así me preocupo. No quiero que mi perrito se muera en una operación que en primer lugar no quería aplicarle. Pero era la única manera de que me dejaran tenerlo en mi casa, cerca, en donde ni él ni yo nos íbamos a extrañar demasiado. Porque la verdad me duele cuando me voy de la casa de mi abuelita, porque él sabe que me voy, y empieza a llorar, a llorar, y a llorar....Con esta operación, ya faltaría menos para que él esté en casa.
Espero que le vaya bien, pero cuando lo dejé en casa del veterinario para que pasara ahí la noche, me dolió. Porque, para variar, se puso a llorar. Quién sabe qué pensó que iría a pasar con él. Me imagino que se preguntaba qué le harían, o porqué lo estaba dejando. Quizá tenía miedo de que lo abandonara...No sé, quizá le esté dando muchas emociones humanas a un animal, y eso les parezca ridículo, pero para mí no tanto. Nada más espero que la operación salga bien, para que él vea que no lo quería abandonar. Dios primero, y con esto estaremos más juntos, porque extraño mucho verlo en mi casa.
Así que este es el primer paso para que vuelva a casa. Si todo sale bien, faltarán otros pasos más que son:
1. Poner zacate (o césped, como quieran llamarlo) en el jardín, porque como habíamos remodelado, aún hay un poco de desorden por ahí >////< 2. Comprarle una casita, para que no pase frío ni lluvia...y para que esté lejos del carro de mi padrastro. 3. Superar cualquier otro inconveniente o paso que se presente.
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